martes, 12 de marzo de 2013

La filosofía del bienestar.

El mundo vive desde hace mucho tiempo de una manera que no es la correcta. La gente ha cambiado sus prioridades y sus valores, maneja lo que no es prioridad como si lo fuera.

Entre los medios de comunicación y nuestros centros de trabajo, día con día nos dicen que hacer, nos han venido domesticando acerca de como debemos vivir, de cuales deben ser nuestras prioridades en la vida, de como vestirnos, que comer, a donde ir y nos lo meten tanto a la cabeza que lo acabamos por creer y comenzar a vivir de una manera apurada y miserable, cambiamos hasta nuestros valores y todo por alcanzar lo que se supone es el éxito según los parámetros de la sociedad.
  
Para lograr el éxito uno debe trabajar y trabajar, pasar muchas horas en el trabajo y además trabajar con mucha eficiencia, nunca se llega a estar bien, si logras vender una cantidad grande, entonces la empresa te pedirá más, si no llegas a más, entonces ya no eres bueno y hasta podrías recibir un castigo y seguramente mucha presión y así sucesivamente hasta el infinito, la empresa nunca va a estar contenta con lo que se hace, siempre pedirá más y más, no hay aplausos, no hay elogios. Si a esto le sumamos el estrés que nos producen los medios de comunicación, entonces nuestra vida se vuelve realmente miserable, como sentirte bien y exitoso si no tienes último teléfono, la última tableta, si por más que trabajas no logras siquiera juntar para el enganche de un buen auto y no si tampoco puedes comprarte ropa donde se la compran los hombres y mujeres de éxito, etc.

¿Y todo para qué? Para llegar a viejos y darte cuenta que lo importante era estar con la familia, ver crecer a los hijos, viajar, disfrutar la compañía de tu pareja, disfrutar de caminar, del sol, del mar o de la montaña, de la naturaleza y eso no cuesta nada.

Estamos a tiempo de cambiar de regresar a nuestros valores anteriores, de recuperar el sentido de prioridad con las cosas que realmente valen la pena. ¿Para que gastar tanto dinero en cosas que no valen la pena?

Regresemos a darle importancia a lo que realmente la tiene.

Saludos.

Elsa y Pedro.

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