domingo, 2 de junio de 2013

Nuestra actitud hacia la vida.

Invariablemente la respuesta a la pregunta ¿como te va?  Siempre es un automático muy bien, no importa que tan mal estemos, siempre responderemos de la misma manera.

Por un lado, esto es porque estamos educados a esconder nuestros sentimientos y la situación en la que nos encontramos, principalmente si no marcha bien; y por otro lado, estamos condicionados a sufrir en silencio por lo que creemos y vemos como "normal", y lo justificamos con las expresiones muy conocidas por todos: yo soy así,  así nací, por que así es mi carácter o por que esto es lo que me tocó vivir.
Así fuimos educados y con la costumbre "todo" se nos hace normal y natural.

¿Que tengo?
Cualquier dolencia que tengamos, sea física, de relaciones, económica, de apreciación de la vida, o cualquier otra y que se repite una y otra vez, será solo el exterior de alguna situación del pasado que tenemos atorada en el subconsciente, y que nos está creando un sentimiento de no merecimiento, de miedo, de culpa y se expresa a manera de alguna carencia, que por haber estado con nosotros siempre, la vemos y sentimos como nuestra, que nada podemos hacer al respecto y que de nada sirve ocuparse de ella, solo nos queda sufrirla y tolerarla.

Debería o Podría.
Cada vez que utilices la palabra “debería”, analiza para que la usaste y date cuenta como esta palabra te pone de inmediato con un sentimiento de estar equivocado en algo. Cada vez que la digas pregúntate, ¿Por qué debería?, Cuál es la razón para pensar que “debería” hacer esto.

Has un ejercicio de cambiarla por un “podría”, ya que esta te deja en mejor condición para tomar la decisión sin estar equivocado de antemano. 

El debería es tan dañino que frecuentemente uno se encuentra reprochándose o criticándose por algo que en realidad nunca quiso, o que no fue siquiera su idea; sino que alguien en algún momento nos dijo, “deberías” hacer esto o aquello; y por nuestro sistema de carencias y sentimiento de culpa, y por venir de una persona importante para nosotros en ese momento, lo tomamos como nuestro y sufrimos por no hacerlo.

Es importante darse cuenta, ser consciente del "para qué" de todas nuestras acciones, romper el círculo y no dejarse llevar por la inercia de la "costumbre", que finalmente no es más que la orden del subconsciente a nuestro consciente de qué es lo que se tiene que hacer.

Saludos.

Un abrazo.
Pedro Silveira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario